miércoles, 16 de diciembre de 2015

AGUA - EMPEZAMOS CON TEATRO


AGUA

INTRODUCCIÓN
- TIEMPO CRONOLÓGICO:
La obra agua se desarrolla en un lapso de un año durante la época de la sequía en San Juan.
Este primer relato está ambientado en San Juan de Lucanas y trata sobre un reparto de agua para las comunidades por disposición de don Braulio Félix, el principal o hacendado más poderoso. La ausencia de lluvias hace necesaria una repartición justa de las aguas canalizadas, pero don Braulio suele otorgarla a sus amigos y allegados, propietarios blancos o mestizos como él, mientras que las tierras de los comuneros indios se secan. La repartición, como cada semana, se realizará en la plaza del pueblo donde se convoca a los pobladores. Llegan el niño Ernesto y el cornetero Pantaleón (Pantaleoncha o Pantacha).

PANTACHA: -¡San Juan se está muriendo! . La plaza es corazón para el pueblo.
-Mira nomás nuestra plaza, es peor que puna.
−Agua, niño Ernesto. No hay pues agua. San Juan se va a morir porque don Braulio hace dar agua a unos y a otros los odia.
ERNESTO: - Pero don Braulio, dice, ha hecho común el agua quitándole a don Sergio, a don Pedro.
PANTACHA: −Mentira, niño, ahora todo el mes es de don Braulio, los repartidores son asustadizos, le tiemblan a don Braulio. Don Braulio es como el zorro y como perro.
(El cornetero se lleva el cuerno a la boca y empieza a tocar)
PANTACHA: (triste dice) −Antes, cuando había minas, sanjuanes eran ricos. Ahora chacras no alcanzan para la gente.
ERNESTO: −Chacra hay, Pantacha, agua falta. Pero mejor haz llorar a tu corneta para que venga gente.
−Otra tonada, Pantacha; para su San Juan
−Pobre pueblo.
NARRADOR(A): La gente empezó a llegar a la plaza. Aparecen los estudiantes, señoritas y comuneros por las cuatro esquinas de la plaza.
Todos los escolares empezaron a bailar y cantar en tropa.

(Todos): …Kanrara, Kanrara,
Cerro grande y cruel,
Eres negro y molesto;
Te tenemos miedo,
Kanrara, Kanrara.

NARRADOR(A): El Padre Vilkas acababa de llegar a la plaza y la alegría de los comuneros le dio cólera.
PANTACHA: Don Vilkas es enemigo de nosotros. Mírale nomás su cara; como de Misti es, molestoso.
ERNESTO: Verdad, Pantacha. Don Vilkas no es cariñoso con los estudiantes; su cara es como de toro peleador; así serio es.
FELISCHA: Seguro de don Vilkas están hablando.
ERNESTO: Seguro.
VILKAS: A ver, rejonero 
FELISCHA: Yo estoy de rejón, padre 
 VILKAS: Corre donde don Córdova, pídele el rejón y mata a los chanchitos mostrencos. Hoy es domingo.
PANTACHA: Si hay chancho de principal, mata nomás.
ACTO: Volteamos la cara para mirar a don Vilkas: estaba rabioso.
PANTACHA: ¡Qué dices, padre! 
VILKAS: ¡Principal es respeto, cornetero!
PANTACHA: Pero chancho de principal también orina en las calles y en la puerta de la iglesia.
VILKAS: Pantacha toca bien puna estilo 
ERNESTO: Es pues nacido en Wanaku. Los wanakupampas tocan su corneta en las mañanas y atardeciendo, para animar a las ovejas y a las llamas.
ERNESTO: Los wanakus son buenos comuneros.
ERNESTO: Verdad. El maíz de don Braulio, de don Antonio, está gordo, verdecito está, hasta barro hay en su suelo. ¿Y de los comuneros? Seco, agachadito; casi no se mueve ya ni con el viento.
PANTACHA: ¡Don Braulio es ladrón, niño!
ERNESTO: ¿Don Braulio?
PANTACHA: Más todavía que el zorro.
ERNESTO: ¿Don Braulio es ladrón, Pantacha? −preguntó, medio asustado.
ERNESTO: ¿Dónde hace plata don Braulio? De los comuneros pues les saca, se roba el agua; se lleva de frente de hombre, los animales de los "endios".
RAMON: Por Pantaleoncha yo me haría destripar con el barroso de doña Juana. ¿Y tú, niño Ernesto?
ERNESTO: Tú eres maula, Ramón; tú llorarías nomás como becerro encorralado.
RAMON: ¡Jajajaja!
NARRADOR(A): Los comuneros de Tinki se anunciaron desde la cumbre del padre Kanrara. Parados sobre una piedra que miraba al pueblo desde el abra, gritaron los tinkis imitando los relinchos del potro.
TINKIS: ¡Tinkikuna! ¡Tinkikuna!
PANTACHA: Tinki es bien común. Sopló el cuerno con todas sus fuerzas para que oyeran los comuneros, desde el Kanrara.
NARRADOR(A): Don Vilkas y don Inocencio conversaban en otro lado; el viejo se hacía el disimulado; pero estaba allí para oír; y contárselo después todo al principal.
ACTO: El cornetero subió al poyo del corredor; les miró en los ojos a todos los comuneros, estaban como asustados.
PANTACHA: Pero comunkuna somos tanto, tanto; principales dos, tres nomás hay. En otra parte, dicen, comuneros se han alzado; de afuera a dentro, como gatos nomás, los han apretado a los platudos. ¿Qué dicen, comunkuna?
PANTACHA: ¡Principales para robar nomás son, para reunir plata, haciendo llorar a gente grande como a criaturas! ¡Vamos matar a principales, como a puma ladrón!
ACTO: Don Inocencio le rogó, jalándole el poncho:
INOCENCIO: Déjalo, don Vilkas; Pantacha es hablador nomás.
PANTACHA: ¡Te voy a faltar, padre!
ACTO: Don Vilkas se paró, desafiante, mirando de frente al alcalde de Tinki.
DON WALLPA: Si quieres, solo a solo, como toros en la plaza 
TINKIS: Anda, padre, cajéale en la barriga
ACTO: Don Wallpa se quitó el poncho, lo tiró sobre sus comuneros y saltó a la plaza.
NARRADOR(A): El viejo Vilkas se enrabió de veras, botó a las mujeres que le atajaban y salió a la plaza; pero no fue a pelear con don Wallpa, ni resondró a Pantacha, siguió de frente, hacia la esquina de don Eustaquio.
VILKAS: ¡Verás con don Braulio!
WALLPA: ¡Jajaja novillo! 
ACTO: Don Wallpa subió otra vez al corredor.
WALLPA: ¡Maula! Para lamer a don Braulio nomás sirve
INOCENCIO: ¡Sanjuankuna! Don Braulio tiene harta plata, todos los cerros, las pampas, son de él. Si entra nuestra vaquita en su potrero, la seca de hambre en su corral; a nosotros también nos latiguea, si quiere. Vamos defender más bien a don Braulio. Pantacha es cornetero nomás, no vale.
INOCENCIO: No sirve contra don Braulio.
ACTO: Los tinkis hablaban en la puerta de la cárcel, formando grupos.
ERNESTO: Vamos a contarle a Pantacha lo que ha dicho don Inocencio.
BERNACO: Vamos.
NARRADOR(A): Ernesto y Bernaco fueron hacia el corredor de la cárcel. Cuando estuvieron atravesando la esquina, salió a la plaza, por la puerta del coso, don Pascual, repartidor de semana.
BERNACO: ¡Don Pascual! 
PANTACHA: ¡Don Pascual!
NARRADOR(A): El hablar de don Pascual no era rabioso como el de Pantacha; parecía más bien humilde, rogaba para que los comuneros se levantasen contra don Braulio.
PANTACHA: ¡Está bien, don Pascual!
TINKIS: ¡Está bien! Contestaron primero los tinkis.
PANTACHA: Don Pascual, reparte según tu conciencia.
PASCUAL: Don Braulio abusa de comuneros. Comunidad vamos hacernos respetar.
PANTACHA: Verdad, compadre: en nuestro pueblo, dos, tres mistis nomás hay; nosotros, tantos, tantos… Ellos igual a comuneros gentes son, con ojos, boca, barriga, ¡K'ocha agua para comuneros!
PASCUAL: Los domingos en la mañana los mistis iban a buscar a don Braulio en su casa. Le esperaban en el patio, dos, tres horas, hasta que el principal se levantaba.
PASCUAL: Los domingos, don Braulio se desayunaba con aguardiente en la tienda de don Heraclio: la tiendecita de don Heraclio está en la misma calle del principal. Como loco don Braulio hacía tomar cañazo a uno y a otro, se reía de los mistis sanjuanes, les hacía emborrachar y les mandaba cantar huaynos sucios. Hasta media calle salía don Braulio, riéndose a gritos.
NARRADOR(A): De repente, don Braulio entró a la plaza. Los mistis sanjuanes venían en tropa, junto al principal.
ACTO: Don Wallpa, Pascual, Pantacha, se reunieron.
WALLPA: Rato se ha esperado don Vilkas, sentado como perro en la puerta de don Heraclio.
PASCUAL: Don Inocencio también.
PANTACHA: Principal cuando toma, no hace caso.
NARRADOR(A): Los tinkis se juntaron alrededor de don Wallpa; los sanjuanes, callados, sin llamarse, se entroparon en otro lado.
PANTACHA: No hay confianza; comuneros no van a parar bien, mirando a la gente separarse en dos bandos.
NARRADORA: En medio de la plaza, junto al eucalipto; don Cayetano gritó:
CAYETANO: ¡Que viva don Braulio!
TODOS: ¡Que viva!.
ACTO: Al último, ocultándose, venían don Inocencio, sacristán del pueblo y don Vilkas.
NARRADOR(A): Junto a Ernesto estaba el bailarín Bernaco.
BERNACO: Estoy asustadizo, capaz hay pelea, niño Ernesto 
ERNESTO: Seguro hay pelea, Bernaco; Pascual y Pantacha están molestosos.
BERNACO: Pero Pantacha está valiente.
ERNESTO: Mírale a don Braulio. Seguro hay pelea. Capaz don Braulio ha traído su revolvercito.
BERNACO: ¡No digas, niño Ernesto! Don Braulio revolvea nomás, es como loco.
ACTO: Don Braulio subió las gradas del corredor.
TODOS: ¡Buenos días, padre!.
BRAULIO: Buenos días.
ACTO: Pantacha se acomodó bien la correa que sujetaba el cuerno sobre su espalda; en su cara había como fiebre.
BRAULIO: ¡Pascualcha, silencio!. Los comuneros de don Sak'sa se asustaron, movieron sus cabezas, se acomodaron para correr ahí mismo; los tinkis más bien pararon firmes.
PANTACHA: ¡Don Braulio, k'ocha agua es para necesitados!
PANTACHA: ¡No hay dueño para agua! 
WALLPA: ¡Comunkuna es primero! 
ACTO: El principal sacó su arma.
BRAULIO: ¡Fuera, caracho, fuera!
BRAULIO: ¡A la cárcel!
NARRADOR(A): Como baldeados con sangre, don Pascual, don Wallpa y los tinkis, cerraron los ojos. Se acobardaron: ya no valían, ya no servían, se malograron de repente; se humillaron, como gallo forastero, como novillo chusco; ahí nomás se quedaron, mirando el suelo.
BRAULIO: ¡A la cárcel, wanakus!.
BRAULIO: Los demás carneros, a sus punas. ¡Fuera!
NARRADOR(A): Se escaparon los tinkis; ganándose unos a otros, recelosos todavía, volteaban la cabeza de rato en rato.
BRAULIO: Se acabó Pantacha.
NARRADOR(A): Los mistis también se callaron mirando a Pantaleón, tumbado en el suelo como padrillo rejoneado. Don Vilkas y don Inocencio, parados en la puerta de la cárcel tenían miedo, no podían ir a ver la sangre del músico.
BRAULIO: Ciérrenlo en la cárcel hasta la noche 
NARRADOR(A): No podían don Inocencio, don Vilkas.
BRAULIO: Indios, ¡arrástrenlo! Por gusto mandaba, como a fantasma le temían.
TINKIS: ¡No padre, no padre!
NARRADOR(A): Le rogaban con hablar de criaturitas.
BRAULIO: Usted, don Cayetano.
CAYETANO: ¡Claro! Yo sí.
ERNESTO: ¡Padre, muérete; perro eres, para morder a comuneros nomás sirves! 
BRAULIO: ¡Balas, caracho, más balas!
NARRADOR(A): En vano gritaba; el fierro de la corneta le mordió en la frente, y su sangre corría, negra, como de culebra.
BRAULIO: ¡Don Antonio; mátelo!
ACTO: Don Antonio le hizo seña con el pie a Ernesto para que escapara.
BRAULIO: ¡Mátelo, don Antonio! 
ACTO: Pero don Antonio pateó en el empedrado y después le apuntó con su revólver; Ernesto salta del corredor a la plaza; y suena la bala de don Antonio.
ERNESTO: ¡Padre Antonio!
ACTO: Al aire abaleó seguro el Alcalde, para disimular.
NARRADOR(A): Ya no había Pantacha, ya no había don Pascual, ni Wallpa; don Braulio nomás ya era; con su cabeza rota se pararía otra vez, para ajear, patear y escupir en la cara de los comuneros, emborrachándose con lo que robaba de todos los pueblos.
ERNESTO: Padre: ¡que se mueran los principales de todas partes!.
FIN.

PERSONAJES:
-Narrador(a)
-Braulio
-Pantacha
-Ernesto
-Vilkas
-Inocencio
-Ramon
-Felischa
-Wallpa
-Pascual
-Bernaco
-Cayetano
-Tinkis.

MENSAJE:
En la obra se observa,como los dueños de grandes extensiones de tierra,animales y del agua se creen superiores "todo poderosos" y tratan mal , abusan de la clase indígena, que esta abandonada a su suerte, pero siempre con su espíritu de unidad e identidad cultural, hay unos que se levantan contra "los señores" e incitan a los demás para que los apoyen y hagan valer sus derechos, ya que es injusto que no los traten a todos por igual. Aun siendo la mayoría eran excluidos y se necesitaba parar la discriminación que existía en aquel entonces y que sigue existiendo en algunos pueblitos. ¡Porque ser diferente no es un problema, el problema es ser tratado diferente!